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jueves, 7 de enero de 2016

El arco iris de gravedad, Thomas Pynchon (parte 4)

Páginas 39-52 (última actualización en marzo de 2019).

Parte 4: Sobre el Impolex G, las V-2 y el pene de Slothrop.



Luego de la incursión espía de Teddy Bloat a la oficina del teniente Tyrone Slothrop , la acción sigue los pasos de éste último. 


Teniente estadounidense, miembro de la ACHTUG, introspectivo y solitario, Slothrop se perfila como uno de los personajes más interesantes y complejos de "Beyone the zone", la primera parte de la novela. Es además uno de los personajes más conocidos de Pynchon. Manipulado por los artífices de la guerra Slothrop es la metáfora de la deshumanización, del hombre reducido y sometido por un poder inalcanzable e incontrolable. Cuando era pequeño y en un intento de los nazis por diseñar nuevas armas para la guerra, la mente y el cuerpo de Slothrop fueron condicionados otorgándole lo que se ha descrito como una hilarante reacción, esto es; sufrir de incontenibles erecciones ante la cercanía de las bombas V-2 alemanas. 


En la contraportada de la edición Fábula (2012) se lee lo siguiente;

"Tyrone Slothrop, un militar norteamericano que trabaja para la inteligencia aliada en Londres, 1944, padece un grave problema: cada vez que cae una de las bombas autopropulsadas alemanas V-2, él tiene una erección. De niño Slothrop fue sometido a experimentos pavlovianos por el profesor de Harvard Lazlo Jamf, un loco científico alemán que trabaja para los nazis. Lazlo inventó el Imipolex G, un nuevo aislante para cohetes, y condicionó las partes pudendas de Tyrone para que respondieran a la presencia de ese nuevo material . Ahora, ya adulto, nuestro protagonista no puede evitar sentir la presencia del Imipolex en las bombas, y sus superiores están investigándolo. En una Alemania devastada por la guerra. Tyrone se enfrenta a legiones de extraños enemigos, de los que tendrá que huir haciendo cabriolas."

Una contraportada que, como todas las contraportadas, hace hincapié en los aspectos más llamativos y comercializables de la novela, pero que se queda muy corta a la hora de describir al teniente... Porque así dicho pareciera como si todo girara en torno a la hilarante historia de un soldado preso de un absurdo condicionamiento pavloviano, pero además de eso Slothrop es también un ser profundamente solo, aislado y a la deriva en una realidad que está muy lejos de comprender y de la que no puede sentirse parte.

Preso del terror, asqueado de la muerte y unido para siempre a la maquinaria de la guerra debido a su incontrolable reflejo pavloviano, Slothrop se mueve como a control remoto. Persigue bombas, huye de su pasado, sobrevive a su presente mientras observa con recelo el futuro y trata de burlar a la soledad acompañándose de un sin fin de chicas londinenses a las que casi nunca vuelve a ver después del primer encuentro. Señaladas con estrellas de colores van formando el mapa emocional que cuelga en una de las paredes de su despacho, el mismo que Bloat fotografía con su cámara en miniatura para asegurarse de que Slothrop no es un espía, el mismo que el teniente Tantivy observa con curiosidad mientras consuela a Slothrop cuando éste cae en el suelo del despacho preso del terror que le produce la llegada de otra bomba. 

El teniente Slothrop es el designado por la ACHTUNG (el pariente pobre del servicio de información aliado), para investigar el impacto de las bombas V al estallar. Su función no es otra que...



"...salir a buscar los excrementos de la bestia, fragmentos o piezas de la bomba alemana inencontrables, y escribir informes vacíos en sus libretas de notas: laborterapia." (página 45)



La mañana en que Slothrop divisa por primera vez a Prentice (capitán del SOE) es por la explosión prematura de una V-2 en el aire. Al llegar al sitio una fuerte barrera militar le impide el paso. Habrá poco que informar. La única pieza que ha logrado sobrevivir es un cilindro de unos quince centímetros de largo y cinco de diámetro que probablemente contenga documentos en su interior. Pero eso es todo lo que llega a investigar, porque todo acaba cuando el teniente Prentice coge el cilindro y se marcha sin decir nada. 

El único consuelo que le queda a Slothrop es la llegada de la orden que le destina a una nueva misión en el hospital de East End, como parte del Programa de Pruebas de la PWE. Slothrop se pregunta qué nuevo e inútil programa será ese. Slothrop sufre de una profunda desconfianza hacia la burocracia bélica, hacia la innumerable lista de organizaciones, departamentos, programas, cargos y grados de la cadena de mando, destinados más que a salvar vidas, a mantener bien aceitados los engranajes de la oscura criatura bélica. Sabe que todo es inútil, que nada cambia demasiado las cosas, y sin embargo, al menos por ahora, ve en esa nueva orden su oportunidad para escapar un poco de la rutina y de las bombas. 
"Hubo una época en que a Slothrop le importaba. En serio."(página 39)
Entonces, entre la intempestiva salida de Prentice en escena y las nuevas órdenes de Slothrop, se explica la relación de éste último con las bombas. En principio Nada de lo que la Luftwaffe dejó caer pasó cerca de él, era fácil saber cuándo venían, el estruendo inundaba el ambiente y desde ese momento en adelante tenías diez segundos para ponerte debajo de lo que sea. Y al poco rato, cuando todo había pasado, en un intento por reconstruir alguna forma normal de existencia, Slothrop se recomponía y hacía pequeñas apuestas con Tantivy a ver quién acertaba dónde caería la próxima.
"Pero  entonces,  el  mes  de  septiembre  pasado,  empezaron a llegar los cohetes. Los malditos cohetes. No podías adaptarte, no podías acostumbrarte a esos hijos de puta. No había modo. Por primera vez, Slothrop descubrió con sorpresa que tenía verdadero miedo. Comenzó a beber más, a dormir menos, a fumar en cadena, sintiendo que de alguna manera había sido tomado por un estúpido.¡Dios!, no era posible seguir de aquella manera…(página 39)
A diferencia de las V-1, que tenían la amabilidad de anunciar su llegada con el estruendo de mil pedos en el aire, a las V-2 no se les oye venir; 
"...estallan primero y después las oyes llegar. A no ser que estés muerto, entonces seguro que no las oyes...(página 44)


El uso de las nuevas bombas aumenta la impotencia de Slothrop a la vez que nos muestra su lado más vulnerable e íntimo;
"Ayer fue un buen día. Encontraron a una criatura viva, una niña semiasfixiada debajo de un refugio Morrison. Mientras esperaban la camilla,  Slothrop  retuvo  su  pequeña  mano,  de  color  púrpura a causa del frío. Los perros ladraban en la calle."  (página 44)
Y después, luego de un breve recorrido sobre la torcida genealogía de Slothrop, del momentáneo calor que le producen las chicas londinenses a las que frecuenta y de su priapismo a las 6:43:16 (Doble Hora de Verano Británica), acaba esta breve radiografía de su vida;
"Así es como ocurre siempre… Sí, la gran mano brillante saliendo de la nube…"(página 52)



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