.status-msg-wrap {visibility:hidden;display:none;}

sábado, 16 de abril de 2016

El arco iris de gravedad, Thomas Pynchon (parte 8)

Páginas 87-97 (última actualización en marzo de 2019).

Parte 8:  Sobre Mexico, el anti-Pointsman.


Las secciones de la novela, de común breves, se extienden algo más cuando se trata de abordar estados de ánimo, emociones o sueños que personajes como Jessica Swanlake, Roger Mexico, Edward W.A. Pointsman y Geoffrey Pirate Prentice tienen sobre sí mismos, sobre otros o sobre la guerra. Aparecen elementos y detalles, la historia se mueve gracias a los cambios de tiempo narrativo y la constante entrada y salida de personajes. No hay desorden, más bien un efecto de contraste o de profundidad que nos acerca visualmente a lo narrado. 


Jessica despierta junto a Mexico en la casa donde se ven a escondidas. El sueño que tenía justo antes de despertar se funde con el frío, con el aspecto de las calles desde la ventana. Mexico duerme, murmura palabras entre sueños. Jessica piensa  ¿por qué nada puede ser normal? ¿por qué sólo la guerra importa? Desde su escondrijo la guerra parece lejana, casi irreal pero la amenaza es siempre latente. Aún en sueños, permanecen con los ojos pegados al cielo.

Para Jessica, Mexico sigue siendo un jeroglífico. Lejos de la precognición, Mexico determina probabilidades de caos explosivo en los barrios de Londres aplicando una sencilla ecuación de Poisson sobre un mapa. Pero a Jessica se le escapan las piezas, es incapaz de unir sobre una hoja cuadriculada el probable destino de los puntos. A los ojos de Jessica, a los ojos de todos los miembros de la Visitación Blanca, Roger Mexico parece cada vez más un profeta. En los ceniceros de su despacho las colillas de cigarrillo se amontonan. Opuesto a los valores absolutos en los que se mueve Pointsman, Mexico aparece como su gemelo matérico opuesto; como el anti-Pointsman. Todo él observado desde el exterior, como el elemento más raro de un grupo de seres con curiosas capacidades mentales.

Jessica fuma, enciende cigarrillos con la colilla del anterior...
"¿Y la gente que tendría que estar
durmiendo en esas casas vacías, la gente que fue arrojada de ellas,
algunos para siempre…? ¿Sueñan con ciudades llenas de brillantes
luces en la noche, con navidades vistas otra vez desde la ventajosa
perspectiva infantil y no como ovejas acurrucadas, tan vulnerables
en  la  desnuda  ladera  de  la  montaña,  tan  blanqueadas  por  el
resplandor de la terrible Estrella? ¿O sueñan con canciones alegres,
tan  encantadoras  y  auténticas  que  pueden  recordarse  al
despertar…? ¿Sueños de tiempos de paz…?"
Y de pronto, la muerte entra derribando las ventanas con la onda expansiva de su presencia. Un cohete ha caído cerca de la casa.





No hay comentarios:

Publicar un comentario