.status-msg-wrap {visibility:hidden;display:none;}

viernes, 6 de mayo de 2016

La desaparición de las cosas

"Según las últimas investigaciones en el terreno de la evolución psicosocial, la repentina desaparición de pequeños utensilios domésticos, se debería a la actividad de un tipo particular de seres pequeños, obviamente invisibles, no extremadamente peligrosos que surgirían de forma espontánea en las casas que han permanecido durante mucho tiempo abandonadas. 


Figura 17.1. Los demonios urbanos, George Lilanga.
La fotografía forma parte de la exposición permanente del
Museo de Bagamoyo, Tanzania.
La teoría (en la práctica sólo se percibe su influjo perturbador) señala que las casas abandonadas no son, en sí mismas, una fuente generadora de sucesos peligrosos o terribles, se sostiene, simplemente, que la conjunción de ciertos factores más o menos inusuales sobre espacios deshabitados facilitaría la aparición de seres o demonios con cualidades cuasi humanas. 

Dicha teoría está, sino completamente comprobada, si muy bien documentada.

En 1953 el reconocido sociólogo tanzano George Lilanga, capturó la que hasta hoy sigue siendo la única evidencia material de la existencia de dichos demonios, utilizando para ello el ingenioso acoplamiento de una cámara fotográfica Zenit-EM de fabricación rusa más un aparato de resonancia transelíptica orbital. Así, la maravillosa conjunción de instinto e ingenio, el juego de luces y sombras generado por una sábana blanca y los lejanos aullidos de la noche tanzana, hicieron posible una toma que ha pasado a la historia como la única prueba incontestable de seres que habitan dimensiones paralelas o subparalelas a la nuestra.