.status-msg-wrap {visibility:hidden;display:none;}

domingo, 15 de enero de 2017

Knockemstiff (2008), Donald Ray Pollock.

Hay que comenzar diciendo que Donal Ray Pollock escribe condenadamente bien, y que sumergirse en su lectura es inyectarse una dosis de desconsuelo y de brutalidad demasiado peligrosa (por adictiva) en vena. En Knockemstiff (2008), un lugar real ubicado en algún punto de Ohio, Estados Unidos, se suceden las más descarnadas historias de un grupo de raros, abandonados, oscuros y peligrosos personajes; un grupo de desesperados que busca escapar de una sórdida atracción que ya ha cerrado todas sus puertas.

En las dieciocho historias que la componen los personajes aparecen y desaparecen, entran y salen pero al final siempre vuelven otorgando al pueblo el estatus de territorio inexorable y a los cuentos la estructura de novela definitiva, ¿para observar el todo al completo si para contar una gran historia sólo se necesitan fragmentos aislados?, ¿no es eso lo que hacemos todo el tiempo, observar por una rendija, (siempre diminuta, siempre sesgada), lo que pasa al rededor? Pollock demuestra no sólo que esa inquietud es válida sino que su puesta en marcha es perfectamente posible, perfectamente compatible con el ejercicio cada vez más solitario de observar lo que nos rodea.