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miércoles, 7 de marzo de 2018

Diccionario de personajes de "El arco iris de gravedad" (parte 3)



Capitán Blicero ("muerte blanca")
Sadomasoquista y pederasta nazi, comandante de la SS a cargo de la batería de cohetes V2 alemana. 

Ésta no es la primera vez que Pynchon le incluye entre sus filas. Blicero hace su primera aparición en V (1963) como el teniente Weissman, "un decadente oficial del ejército alemán abandonado en el África Sudoccidental siete años después de que ésta dejara de ser colonia alemana. Aquí Blicero aparece como una figura misteriosa, [...] que parece estar involucrado en una relación sadomasoquista con la agente alemana Vera Merovering" [1]. 

Su aparición en El arco iris de gravedad (1973) ocurriría diez años más tarde, y aunque ha pasado tiempo, Blicero continúa interpretando en mismo papel de villano terrible y pervertido en una época en que los efectos psicológicos, sociales y culturales de la Segunda Guerra Mundial seguían siendo una parte importante del ideario popular estadounidense. 
En El arco iris de gravedad la perversión de Blicero se manifiesta entre otras formas, manteniendo prisionero a Gottfried (un jovensísimo y rubísimo alemán), en una jaula al interior de una casa en las inmediaciones del hipódromo de Duindigt, y que junto con Katje (una doble espía holandesa) son sometidos por Blicero a representar la más pervertida versión del cuento de Hansel y Gretel. Una sátira sexualmente muy explícita que para algunos lectores resultó en su tiempo y sigue resultando hoy, innecesaria y chocante. 

Reiner María Rilke
"Esta intrincada trama de aniquilación del mundo, fálico, plagado de imágenes homosexuales, son características bien conocidas de la paranoia. De hecho, un proyecto explícito en todas las obras de Pynchon es la exploración, la celebración, la condena y la dramatización proliferante de la paranoia.[2]

En la primera aparición de Blicero en El arco iris de gravedad, nos enteramos de que el comandante es un amante incondicional de las obras de Rainer Maria Rilke. Según algunas interpretaciones, éste hecho tendría una finalidad mucho más sustancial que servir únicamente como contrapunto entre la sensibilidad y el aprecio por el arte que muestra Blicero y su maldad más desatada (una dualidad que a nosotros nos recuerda muy mucho al ya mítico Alex DeLarge, el hiperagresivo delincuente social y sexual de La naranja mecánica de Anthony Burgess).

Según Richard Locke esta duplicidad de Blicero tendría connotaciones mucho más significativas en la novela: "En cierto modo, El arco iris de gravedad podría ser leída como una variación tragicómica de las "Elegías de Duino" de Rilke y de sus ecos románticos en la cultura nazi. Las "Elegías" comienzan con un grito: 
"¿Quién, si yo gritara, me escucharía entre las órdenes angélicas? Y aun si de repente algún ángel me apretara contra su corazón, me suprimiría su existencia más fuerte. Pues la belleza no es nada sino el principio de lo terrible, lo que somos apenas capaces de soportar, lo que sólo admiramos porque serenamente desdeña destrozarnos. Todo ángel es terrible."
Y continúa Locke; "Estas líneas se amplifican horriblemente en la primera frase de la novela de Pynchon: "Llega un grito a través del cielo. Ya ha ocurrido otras veces, pero ahora no hay nada con qué compararlo". Este sonido es el grito de un cohete V-2 que golpea Londres en 1944; pero es también el grito de las víctimas y de quienes han lanzado el cohete. Es un grito de oración sadomasoquista, un encuentro con la muerte, un eco y la representación de las imágenes exaltadas y mortales del poema de Rilke[2].

Una representación que muchos aprecian más allá de todo cuestionamiento: "A pesar de la naturaleza satírica y ridícula de Blicero, encarna un importante punto del mundo real. Es una mezcla de los temores y prejuicios de la era de la crisis de misiles post-cubanos cuando escribió esta novela en 1973. Perverso e inquietante, representa la maldad descarada que se encuentra en el corazón del romance entre el hombre las tecnologías mortales[1].

Sin embargo, no todos están de acuerdo con el valor representativo de este personaje. Según James Wood (que no es que sea precisamente el admirador más ferviente de los personajes creados por Pynchon); "No hay nada más diaciochesco que el amor de Pynchon por la acumulación de tramas picarescas, su burla de la pedantería, que al mismo tiempo es amor por la pedantería, la costumbre que tiene de hacer que sus personajes planos bailoteen un momento en el escenario y luego se retiren, su debilidad vodevilesca por los nombres estúpidos, las bromas, los percances, los disfraces, los errores ridículos, y así sucesivamente. Se puede encontrar placer en esos cañamazos afables, llenos de personajes, que ofrecen fragmentos de gran belleza pero, como en la farsa, el coste con respecto a la seriedad final es considerable: al final todo el mundo queda protegido de las amenazas reales porque en realidad nadie existe. Las enormes turbinas de la incesante creación de peripecias hacen tanto ruido que no se oye nada. El nazi Capitán Blicero de El arco iris de gravedad, o el financiero implacable Scarsdale Vibe en Contraluz, no son figuras realmente temiblespor que no son figuras auténticas." [3].


Fuentes consultadas;
[1] AquíBaddies in books: Captain Blicero in Thomas Pynchon’s Gravity’s Rainbow
[2] AcáOne of the Longest, Most Difficult, Most Ambitious Novels in Years. Richard Locke.
[3] Aquí acáAll rainbow, no gravity. James Wood


Chico de Kenosha (...the Kenosha kid...)
Entre las páginas 98 y 99 de la edición de Tusquet (2012), Slothrop reordena obsesivamente las palabras que conforman la frase pero nunca hiciste de chico de Kenosha (...you never did the Kenosha kid...). Esta actividad barbitúrica inducida por el amital sódico, aparece al inicio y al final de una la escena en la que Slothrop se describe a sí mismo introduciéndose al interior de un inodoro. Por supuesto, la frase de marras ha sido objeto de las más diversas, complejas y rebuscadas interpretaciones. Interpretaciones que como ya se ha dicho, suelen tener mucha relevancia en el círculo de catedráticos y expertos relacionados con el tema, pero que para el lector corriente pueden pasar inadvertidas, sin que ello reduzca en lo más mínimo el sentido o el placer de la lectura.


Ésto apareció en el buscador de Google
cuando puse el término "misterio".
En cuanto a las interpretaciones, una muy sencilla es la de Steven Weisenburger [1], quien ha optado por desmarcarse del tema y no darle demasiadas vueltas al asunto. Weisenburger sostiene que the Kenosha kid es uno de los enigmas más sobresalientes de El arco iris de gravedad, algo que no puede descifrarse y que no parece estar relacionado de forma directa con ninguna referencia claramente reconocible. Para él the Kenosha kid podría referirse tanto al propio Slothrop como a otro de los muchos personajes que aparecen mencionados en la novela. 

Mucho, pero mucho más motivado en el tema, está el PhD en asuntos pynchonianos, Mark Quinn [2] un hombre muy dado a todo tipo de interpretaciones filosóficas, metafísicas y metaficticias, acerca de los personajes de El arco iris de gravedad (de allí su PhD), quien le da unas cuantas vueltas más al asunto. 

Moviéndose entre interpretaciones que van desde un guiño solapado a la novela The Kenosha kid (1931) escrita por Forbes Parkhill (que por cierto, es un apellido de lo más pynchoniano), pasando por una referencia al oriundo de Kenosha, Orson Welles, hasta su tesis de que the Kenosha kid sería el mismo Pynchon asumiendo roles divinos, Quinn nos entrega una buena cantidad de míticas, místicas y muy rebuscadas teorías.


Una de las más sencillas es que en caso de aceptar que el chico de Kenosha sea una referencia al director y actor de cine y radio Orson Welles, esto no sería tanto por su lugar de origen (Kenosha, Wisconsin), sino más bien por haber sido el director de una obra revolucionaria; Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941). Una característica que según Quinn une a Welles con otros nombres que aparecen mencionados en el mismo pasaje (como Charlie Parker y Sergio Leone). Quinn postula que tanto Welles como Parker, Leone y el mismo Pynchon, son creadores de obras que en su momento revolucionaron todo lo conocido, una idea que respalda con algunas de las teorías expuestas por Harold Bloom en su Anxiety of influence (1973), y en las que no, no voy a entrar en detalle. 

Entre las menos sencillas y que abren una cantidad ilimitada de posibles interpretaciones, está la asociación de la palabra Kenosha con la kenosis bíblica, es decir, con el vaciamiento de la propia voluntad para conseguir una completa receptividad a la voluntad de un dios externo. Y es aquí, basándose una vez más en los postulados de Bloom y en lo que sospecho un conocimiento enciclopédico acerca de mitología griega y en una muy buena dosis de motivación, que Quinn desarrolla dos o tres interpretaciones relacionadas entre sí. 

En la primera de ellas the Kenosha kid representaría la kenosis a la manera de un dispositivo de ruptura, un movimiento hacia la discontinuidad con el precursor [2]. En este caso, los legados artísticos de Leone, Ford o Parker serían "vaciados" por Pynchon en El arco iris de gravedad. Una interpretación que gusta mucho a Quinn y que respalda con la idea de que si Pynchon siente inclinación a involucrar al lector en complicados juegos de palabras, entonces es muy probable que la interpretación de la kenosis cristiana sea la adecuada. 

Siguiendo la misma línea, Quinn sostiene que the kenosha kid podría estar actuando como un recurso metaficcional en el que Pynchon se dirige al lector desde su propio texto, situándose por encima y por fuera del mundo ficticio que ha creado. Así, Pynchon estaría "vaciándose a sí mismo", exponiendo las herramientas de su oficio y desmitificando su arte divino [2]. 


Las 7 herejías por las que Quinn y todos los que crean
en él irán a parar directamente al infierno.
Avisados estáis. 
Y como si prestar oído a lo anterior no fuese argumento suficiente para que según la iglesia bautista Gracia Redentora en su cede en Colombia, nos friamos eterna y merecidamente en el infierno (ampliar la imagen adjunta para más referencias sobre este tema), a partir de lo anterior, el PhD tira todavía un poco más del hilo y aborda incluso la posibilidad de que the Kenosha kid sea la representación del mismo Thomas Pynchon pero en un rol análogo al de Cristo, o más bien al de un demiurgo ficticio con cualidades divinas. Así lo demostraría según él la ubicación claramente superior que adopta el chico de Kenosha sobre Slothrop en el texto. De esta forma Pynchon asumiría su rol de creador de Slothrop y de toda la realidad de El arco iris de gravedad. Algo que además nos ayudaría a explicar la repetitiva burla de Slothrop de nunca hiciste de chico de Kenosha (...you never did the Kenosha kid...), ya que como personaje ficticio el acto de la kenosis queda fuera de los alcances de Slothrop. El nunca podrá trascender la ficción ni existir fuera del texto. 

Tela ehh...

Según Quinn, lo anterior sugiere que el texto de Pynchon está construido para ser leído en varios niveles y que sería necesario interpretarlo tanto desde su perspectiva histórica como desde su nivel figurativo [2]. 

Por otra parte bastante interesante (aunque sí, también bastante alucinada, como todo lo que ha escrito Quinn acerca del tema), es su interpretación del viaje de Slothrop al interior del inodoro, en busca de su armónica perdida. Según él dicha incursión podría interpretarse como la metáfora de la pérdida personal como catalizador para el viaje metafísico. Los precursores literarios que Quinn reconoce en este pasaje son Dante y Virgilio quienes proporcionan sus propias versiones de la visita de Orfeo al inframundo griego [2]. Por supuesto para Quinn, la armónica perdida también tiene un importante valor representativo, aunque yo, por supuesto, pase de explicarlo. En todo caso, más abajo, en las referencias, tenéis disponible el texto de Quinn por si alguien quiere descargarlo. 

Pero hay más teorías. El crítico estadounidense Richard Poirier 
(1925-2009) por ejemplo, lo tenía claro. Para él the Kenosha kid era una referencia solapada al actor y director de cine Orson Welles [3], quien nació el 6 de mayo en el condado de Kenosha (Wisconsin). Según Poirier, éste detalle puede resultar a la vez que en pista, en una útil advertencia para el lector, ya que la alusión a Orwell operaría de la misma forma que lo hace la palabra Rosebud en la película El ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941). Así Rosebud, que en un principio aparecía como el hilo conductor y la pista clave en el centro de todo el aparataje de poder y riqueza que rodean a Kane, al final resulta que no es más que el nombre de un trineo con el que Kane jugaba de pequeño. 

Según Poirier, casi cualquier referencia que aparece en la novela puede resolverse de la mima forma, es decir que ninguno de esos detalles debería ser considerado como pista central y que no es necesario que el lector se preocupe demasiado por ese tipo de detalles que bien podría pasar por alto [3].

Finalmente, como Patrick Hurley [4] no encuentra ninguna referencia consistente entre the Kenosha kid y otras personas o personajes, asume que la elección de esas palabras parece haber sido determinada únicamente por la aliteración que produce la repetición del sonido /k/ en la lengua inglesa. 

Personalmente, y aunque me parezca interesante el empeño que Quinn pone en el tema y sus interpretaciones, yo creo que muy probablemente todo sea más sencillo, y que Pynchon, un hombre muy inclinado a burlarse y a tomarle el pelo a la gente, se haya divertido un poco dejando por allí unos cuantos cientos de pistas falsas. 

Yo no les doy mucha importancia, porque creo que no la tienen. De hecho, he conseguido disfrutar de la lectura sin hacer demasiados esfuerzos por desentrañar ninguna de sus excentricidades. 


Fuentes consultadas;
[1] AquíA Gravity's Rainbow. Companion. Steve Weisenburger. 
(Nota: el libro de Weisenburger puede descargarse íntegro, y al parecer, de forma legal)
[2] AcáSeeing the Wood for the Trees: Levels of Reading and Intertextual Mythmaking in Thomas Pynchon’s Gravity’s RainbowMark Quinn.
[3] Aquí. Comentarios del artículo de Richard Poirier (1973).
[4] Acá. Pynchon Character Names. A Dictionary. Patrick Hurley.




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